Entonces
se me plantea la misma pregunta que hice antes: ¿Hay todavía una
ilusión estética? ¿Hay todavía la posibilidad de encontrar un reto más
allá de la pérdida del valor, algo que no tenga ya que ver con el valor
sino con una gran ilusión (en el sentido de la mercancía absoluta de
Baudelaire), es decir, encontrar una estrategia fatal más allá del
propio mundo, de la alienación y de la mercancía?
¿Habrá todavía una estrategia fatal del arte o ya no se está más que en la estrategia banal de la estética? Así planteo de nuevo el problema.
¿Habrá todavía una estrategia fatal del arte o ya no se está más que en la estrategia banal de la estética? Así planteo de nuevo el problema.