I

Sabemos, con Marx, que el
capitalismo no es más que un modo de producción, un modo
histórico de producción. Esto es, un
qualunque,
un sistema
económico entre tantos modos o sistemas
posibles.
Ese bautismo, esa determinación le confiere al capitalismo una positividad que
lo hace pensable y decible, y que lo recorta del continuo natural y neutro de
la economía en tanto universal abstracto, de la
economía como dimensión irreductible de toda práctica humana. Así,
la positividad particular del capitalismo debería pensarse, en principio,
contra la actividad negativa singular de un sujeto (que, para el caso, coincide
con el nombre propio
Marx, o con el
proletariado marxiano) que lo determina, lo niega, lo escribe, lo teoriza y lo
piensa
políticamente, es decir, que
lo arranca de la naturalidad y la neutralidad (la universalidad abstracta)
desde la cual ejerce, sin esfuerzo, su cerrada hegemonía.
http://sandinonunez.blogspot.com/2017/06/humanidad-20-el-capitalismo-alcanza-su.html